¨No hay lugar para el nonar¨
El dormir, es una actividad que nos resulta insoslayable. En el mejor de los casos, podemos permitirnos una pequeña dilación de los menesteres onÃricos, pero nunca su abolición.
De este inevitable destino han sucedido en mi vida las modalidades mas extrañas de reversionar el descanso vertical. Es asà como he vivido en carne propia el logro de una ¨destreza¨ que yo consideraba como falsa, o tal vez utópica. Con esto quiero hacer referencia a la capacidad de dormir caminando.
A decir verdad, no estoy muy seguro de que todos seamos capaces de lograrlo. Pero puedo afirmar que, por mi propia experiencia, logré llevar el sueño a su máxima expresión. Donde el cuerpo ya no puede conformarse con una promesa futura de descanso, y procede a apagar el sistema, de la manera menos elegante. Cabe aclarar que la locomoción durante la ensoñación, no es un acto vistoso. El sujeto tiende a realizar abruptos cambios en la marcha, desplazamientos laterales, que en la gran mayorÃa de los casos lo dirigen, inevitablemente, a colisionar contra una pared. Esto, puede llegar a producir un breve lapso de lucidez, para luego retornar al estado previo.
Otra modalidad de esta destreza, pero de mayor facilidad y alcance ecuménico, es el poder dormir parado. He podido hablar con otras personas, que se han sabido capaces de realizar este tipo de actividad. De todas maneras, resulta casi indispensable la presencia de un apoyo o sostén, ya sea el caso de ubicarse contra una pared o colgarse de un pasamanos de colectivo. Es asà como podemos encontrar en esta modalidad, la versión vertical del tradicional descanso horizontal en la honorable cama.
Será todo por ahora, creo que me estoy empezando a quedar dmorido damiiiiientras ezzzcrib......zzzz....zzzz......
De este inevitable destino han sucedido en mi vida las modalidades mas extrañas de reversionar el descanso vertical. Es asà como he vivido en carne propia el logro de una ¨destreza¨ que yo consideraba como falsa, o tal vez utópica. Con esto quiero hacer referencia a la capacidad de dormir caminando.
A decir verdad, no estoy muy seguro de que todos seamos capaces de lograrlo. Pero puedo afirmar que, por mi propia experiencia, logré llevar el sueño a su máxima expresión. Donde el cuerpo ya no puede conformarse con una promesa futura de descanso, y procede a apagar el sistema, de la manera menos elegante. Cabe aclarar que la locomoción durante la ensoñación, no es un acto vistoso. El sujeto tiende a realizar abruptos cambios en la marcha, desplazamientos laterales, que en la gran mayorÃa de los casos lo dirigen, inevitablemente, a colisionar contra una pared. Esto, puede llegar a producir un breve lapso de lucidez, para luego retornar al estado previo.
Otra modalidad de esta destreza, pero de mayor facilidad y alcance ecuménico, es el poder dormir parado. He podido hablar con otras personas, que se han sabido capaces de realizar este tipo de actividad. De todas maneras, resulta casi indispensable la presencia de un apoyo o sostén, ya sea el caso de ubicarse contra una pared o colgarse de un pasamanos de colectivo. Es asà como podemos encontrar en esta modalidad, la versión vertical del tradicional descanso horizontal en la honorable cama.
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