miércoles, febrero 22, 2006

¨Un razonamiento Blas Giunta¨

Recién llego de ¨jugar¨ al fobal. Esto me recuerda a mis años infantiles, en los que el jugar no mostraba, no sin cierta crueldad, el paso de los años, ni tampoco dejaba en claro nuestras limitaciones. Jugar, cuando niño, abre una amplia gama de descubrimientos motrices, intelectuales, etc.
Yo no se cuando diablos pasó, pero el futbol no es un juego para mí en este momento. Veo, como el tiempo ha hecho estragos en mis virtudes aeróbicas, así también como en el grueso de mis compañeros deportivos.
Sin embargo, hay gente que en este punto, opera como dedo acusador de nuestras falencias. De repente entre este ¨cardumen¨ de momias deportivas (si me permiten la metáfora marina-taxidermista) hay desubicados que no tienen drama en demostrar que el tiempo no ha deteriorado sus aptitudes físicas. Y no solo eso! Andan por el verde césped (de mentirillas, obvio) como verdaderos Peter Pan del balón pié, lo cual, no hace falta aclarar, que me cae como el soberano cabús.
Cual es la solución? Pues bien, me animo a esgrimir alguna salida ante semejante situación.
Algún amante del acondicionamiento físico dirá, ¨fácil hombre, comience a salir a correr periódicamente y llegará a un estado cuasi-optimo¨.
Quien escribe este blog, no simpatiza con los cánones que postula la srta. Catherine Fulop. Por tanto, propongo una salida bastante mas sanguinaria. Al cocorito al que le resulte simpático correr como una gacela galopante, le ponemos un rodillazo en la traquea.
Quizá sea una salida antideportiva, pero mi argumento se respalda en que no hay que bajar los brazos ante el paso del tiempo, y tampoco la pierna. El reconocimiento del paso del tiempo se hace evidente cuando desentonan ciertas capacidades de los demás sobre las nuestras. Todo esto es remediado por una murra a tiempo.
Un concejo honesto? Compren canilleras.