martes, marzo 22, 2005

¨Rasgos particulares de las prendas del dormir¨

El pijama es una prenda de vestir que, a pesar de estar incluida en el guardarropa de la mayoría de las personas, sigue siendo un atuendo controvertido.
No todos son poseedores de un pijama con todas las letras, esos que son indiscutiblemente poseedores de tal denominación. Aunque también los hay muy similares a los que podría ser un equipo deportivo, o joggin. De una manera, o de la otra, todos han tenido, a lo largo de su vida, algun noble pijama.
Pero muchos pensadores contemporáneos han tratado este tema arduamente. La redacción de ¨Esto no me gusta nada!!!®¨ ha logrado resumir esta plétora de saberes pijameros, a fin de poder publicar los puntos mas destacados de las características que distinguen a un banal Joggin (o Yoguin, no confundir con el oso) de un señor pijama o, como lo denominan los mas pretenciosos, un ¨Esmoquin de dormir¨.

1. ¨Relativo a los motivos animales ¨
El pijama posee motivos, figuras y estampas, que le son propios. La intimidad del dormir, el alejamiento de la mirada pública que nos provee nuestro dormitorio es vital para darle rienda suelta a nuestro deseo de vestir de la manera mas ridícula. Es por eso, que los motivos de la prenda de vestir ya mencionada pueden, y de hecho lo hacen habitualmente, mostrar las siguientes figuras:
a. Animales de caracter afeminado. Sean ositos, patitos, o diferentes integrantes del reino animal, pero de alguna manera amariconados. Pueden estar distribuidos y repetidos como diseño de la tela de esta prenda.

b. Estampas poco elegantes.
Los animales afeminados pueden presentarse también en forma de una gran estampa distintiva que favorece el reconocimiento de ese pijama por sobre los demás, y de esta manera poder etiquetarlos bajo diversos apelativos: ¨el del perrito vestido de campesino¨, ¨El de la sariguella bostezando¨, ¨El de Winnie de Pooh autoflagelándose¨.
Las estampas pueden incluir también figuras poco masculinas en el mundo del vestir, como por ejemplo una luna, o una camita.

2. ¨Relativo a los motivos geométricos¨
Un joggin nunca tendrá los mismos diseños que las prendas del dormir. Estas últimas nos dan la autorización de vestir de manera que en la vida pública seríamos tildados de ¨Nerds¨, ¨Peleles¨ o ¨Ñoños¨. Nos referimos con esto a todos los diseños que incluyan rombos, entramados escoceses, lineas verticales u horizontales (Tener en cuenta que el color utilizado para dichos motivos es claramente pijamil, ver punto 3).

3. ¨Relativo a los colores, y sus combinaciones¨.
El codigo de combinación de colores en la vestimenta deportiva, resulta mas escueto que en la indumentaria del dormir. Esto es debido a que en el pijama reina la anarquía de la paleta de colores y un libre albedrío de las combinaciones cromáticas. Es por eso que notamos un aire pijamezco cuando encontramos prendas que poseen los motivos de diseño ya mentados (puntos 1 y 2) en conjunción con combinaciones tales como ¨verde y rojo fuerte¨, ¨amarillo patito con rojo, azul y violeta¨, o porquerías similares.

4. ¨Relativo a los diseños de la vestimenta¨
La ropa deportiva tiene como fin ser comoda, permitiendo así, facilidad de movimiento, pero sin resultar chocantes a la vista, teniendo una apariencia sobria. En el caso de los pijamas, las reglas del vestir han sido tiradas por la borda. Un pijama puede presentar herejías tales como mezclar una camisa junto con pantalones cortos con elástico. Otro rasgo a tener en cuenta, es que, todo pijama que se precie de tal, debe tener, como condición sine cua non, un bolsillo en su prenda superior. En cuanto a este bolsillo, su utilidad no está determinada aún, pero es un tema en constante estudio*.

*Ha sido tema a tratar en los simposios filosóficos de diciembre de 1996 (Ginebra), y abril de 2001 (Honolulu).

miércoles, marzo 02, 2005

¨Una pila de vida....¿de cuanto?¨

Hace algunos días, vivencié una extraña situación de índole comercial. Me encontraba en búsqueda de pilas recargables para mi flamante reproductor de mp3. Así fué como dí con un local de electrónica llamado ¨Radio Omega¨.
Era muy temprano por lo que debería ser el primer cliente del día. Hice mi entrada triunfal, pero al instante me vi sorprendido por la magnitud del local, que resultaba gigante en relación de los pequeños componentes electrónicos que allí se vendían. Mi primera hipótesis fué pensar que anteriormente se dedicaban a la venta de artículos de diferente naturaleza, y de un volúmen mucho mayor, digamos.....elefantes. Inmediatamente mi aguda inteligencia me hizo notar que la venta de paquidermos en locales debería, de alguna manera, estar prohibida. Y que de no ser así, estos animales tampoco podrían ser exibidos exitosamente debido a la incomodidad que presentan de requerir enormes mostradores o la imposibilidad de colgarlos en ménsulas (Mi capacidad deductiva se encontraba a su máxima expresión en este momento).
Dejando de lado mi percepción de la distribución espacial, me dirigí a los tres ancianos (me arriesgo a deducir que al menos uno de ellos había conocido a Jesus) que se encontraban en el local con un sonoro ¨buenos díaaas¨. A lo que dos de ellos no me prestaron ni la mas leve atencion, mientras que el restante (ubicado en un pequeño mostrador) me dirigió la patentada expresión de ¨vaca mirando al tren¨ (estílo mas inexpresivo del mirar, que consiste en relajar todos los rasgos faciales y evitar focalizar la mirada en ningún punto).
Sin mucho mas por aportar a la conversación le pedí las pilas que necesitaba. A lo que el vendedor me respondió cuales eran de mi interés (todo esto sin aumentar en ningún grado su voluntad de continuar viviendo) si las de 6000 ampers o las de 12000*. Mi ignorancia llevo a preguntarle ¨Cual es la diferencia? duran mas? se cargan mas rápido?¨ a lo que el hombre contestó, inmutable, sin dar lugar a pensar que era una humorada: ¨la diferencia son 6000 ampers...¨. Me dí cuenta que intentar un intercambio linguístico era, en algún punto, inevitable, por lo cual me decidí por las de 6000 (que eran mas baratas). Cuando le entrego la plata me responde, molesto, y en cierta forma enojado: ¨no pibe!, pagalos allá en la caja¨ (esto me hizo pensar que bajo ese criterio yo podría también referirme a él bajo el apelativo de ¨viejo¨, pero no lo hice).
Viré mi cabeza en busca de la caja, cuando descubro, no sin sorprenderme un tanto, que la misma se encontraba a 25 km del mostrador en el que me encontraba (la distancia puede ser objetivamente menor, pero esa fue mi apreciación subjetiva en ese momento). Luego de un rato caminando y haber sorteado peligros y lidiar con lo desconocido (puede no haber sido así), llegué a la caja. En ella se encontraba un hombre de aproximadamente 80 años de vida (calculo que era el ñieto de alguno de los mencionados anteriormente), protegido tras un gran acrílico, de estilo similar a las cajas de los bancos pero mas grande, y adornados con voluminosas letras doradas que formaban la palabra ¨CAJA¨ (De seguro que no iba a decir ¨COBRO DE ELEFANTES¨, o quizá si...).
El resto transcurrió de manera normal, el hombre de la caja fué muy amable, me dijo ¨buen día¨ e incluso ¨gracias¨. Pero lo anteriormente relatado ya le daba a esta historia el status de ¨bizarra¨.

*No recuerdo bien si los valores del amperaje eran esos, pero, realmente, ¿a quien le importa?.