jueves, septiembre 15, 2005

El placer del buen beber

El placer es una sensación de la cual no podemos escapar, aunque sepamos de antemano que las consecuencias de tal gozo dañen nuestra integridad.
Es de público conocimiento el placer que genera tomar unos copetines antes o durante algún momento festivo. Como así también somos concientes que el mal que puede generar, esta no tan sana costumbre, es de dimensiones bíblicas.
Entre algunas de las cosas que nos pueden suceder bajo el efecto de una borrachera se destacan las siguientes:
Despertarse en un lugar desconocido con un espejo en el techo que refleja un rostro no tan amigable a nuestro lado.

Todos sabemos que mientras dura la noche, y la borrachera, todos los gatos son pardos y a medida que la noche va avanzando el riesgo de comerse un pajarraco de buena napia y barrigón sube en forma desmesurada. Es que uno por lo general comienza la noche siendo un tanto exigente hasta que comienza a calentar el pico con alguna bebida de una graduación alcohólica importante (mayor a 25 %).

Decirle a una señorita frases de la siguiente magnitud:

* Quiero que mis hijos tengan tus ojos.
* Sos la mujer más hermosa del mundo.
* Puede ser que tengas un ojito desviado ¿?.

Mentiras insostenibles que van perdiendo peso a medida que se nos pasa el pedo, o nos acercamos a nuestra presa y notamos que tiene bello en el rostro (estos últimos representan a un grupo selecto de jóvenes exigentes).

Manotear las nalgas de alguna señorita que pasa a nuestro lado.

Ojos inyectados en sangre por la presencia de una figura pulposa, o el consumo de alguna sustancia alucinógena, hace que tiremos un manotazo de ahogado, casi haciendo patito, lo que genera una media vuelta militar de la mujer en cuestión y un posterior cabezazo que te deja inconsciente en el mejor de los casos.



Bueno esto solo intenta ser un resumen a modo ilustrativo de algunas de las consecuencias del placer de tomar.
Aprovecho para agradecer a mi mentor M@urete por este espacio cedido para este humilde post cuyo fin es promocionar mi blog, ugh, digo, agradecerle su inspiración y felicitarlo por su primer año en el arte blog.

martes, septiembre 06, 2005

¨La mufa lo mató y no me vengan con cosas raras...¨

En este ultimo tiempo, he sido acusado de destruir todos los objetos que se cruzan a mi paso. En un principio era solo responsable de las rupturas o desordenes causados por mi proverbial torpeza. Pero, con el tiempo se ha hecho extensivo a los errores de los demás, cosa que resulta ya no solo paranormal, sino también satelital (porque al parecer, si alguien rompe algo es por mi presencia en la sala). Me he convertido en el chivo expiatorio de la impericia y la falla motriz ajena, como quien dice, soy mufa.
Un hecho que se suma a esta cadena de eventos desafortunados, fue el suicidio de mi celular.
Estaba yo charlando con mis amistades amenamente cuando intento sacar mi billetera del bolsillo de la campera. En ese mismo acto es que arrastro al aparato (no me refiero a ninguno de mis amigos sino a mi teléfono) que reposaba felizmente en mi bolsillo, con lo cual cae en el borde del cordón de la vereda, balanceándose. En un segundo de desesperación, y casi en un vaticinando lo que habría de suceder si caía a la zanja, intento apartarlo de semejante destino tirando un enganche futbolístico en el que el celu haría las veces de balón de fobal. En ese momento se hizo evidente que en mi carrera de fobalier amateur siempre he sido defensor (y de los sanguinarios), pues el la maniobra que intenté no logró otra cosa sino terminar de empujar al pobre teléfono a las oscuras aguas de la zanja.
Ya resignado, quedo contemplándolo ahogarse, sin tomar acción para sacarlo de esa situación hasta pasados unos prudenciales segundos. Luego del incidente, agonizó en mis manos, lo abrimos, jugueteamos con sus entrañas (como haría cualquier profesional de la salud) pero no hubo caso. Visitó la quinta del ñato*.
Al menos la vivió?

*Fue al cielo.